Blockchain is life by Marco Esparza Massimiliano Nicastro

autor:Marco Esparza, Massimiliano Nicastro [Marco Esparza, Massimiliano Nicastro]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Saxo
publicado: 2018-12-15T05:00:00+00:00

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¿Cuál es la broma machista más antigua que usted conoce? En nuestro caso esta consiste en una imagen. Recordábamos una caricatura en la que un cavernícola mostraba el supuesto método de seducción de la época. En ella un hombre seleccionaba una mujer y se acercaba directamente a ella para acertarle un abusivo golpe en la cabeza que terminaba desmayándola. Campante, el cavernícola se alejaba alegre mientras arrastraba a su presa, quien nunca tuvo la libertad de elegir. ¿Es graciosa esa imagen? Tal vez en algún momento de la historia lo fue, pero ya no lo es (afortunadamente). De hacerse público, un acto similar en el mundo actual no sólo significaría un crimen, sino que desataría el repudio general de la sociedad. La víctima probablemente sería mortal y el responsable merecería soportar todo el peso de la ley.

El arma utilizada era un mazo, el cual en esencia no es ni bueno ni malo. El mazo, técnicamente hablando, no es más que una simple herramienta que se somete a la voluntad e intenciones del ser humano que la utiliza. Su uso, de hecho, significó un triunfo de ingeniería para la época y para el hombre, quien hasta poco tiempo atrás no tenía mayor herramienta que sus propias manos para enfrentarse al complejo mundo que aún lo dominaba. El hombre de aquel entonces se iniciaba en la ingeniería utilizando lo que encontraba en su entorno con la única finalidad de sobrevivir. En ese sentido, la creación de las primeras armas significó una muestra trazable de la existencia de la inteligencia humana, la cual nos ha separado del resto de las especies de manera impresionante.

Como acabamos de mencionar, la gran necesidad de la época era mantener a la especie humana viva. Si lo piensa detenidamente en esencia no hemos cambiado mucho, pero las comodidades a las cuales tenemos acceso en comparación a nuestros antepasados nos permiten jactarnos de un estilo de vida que en ese momento era inimaginable. Una piedra puntiaguda amarrada a uno de los extremos de una rama u otra un poco más ovalada lanzada desde una honda, no sólo eran genuinas muestras de la creatividad humana sino que, también solucionaban las principales necesidades de la época: protegerse de los depredadores, conseguir alimento y garantizar el abrigo. Desde ese entonces hasta hoy, el hombre empezó a participar en una carrera obligatoria que no puede perder.

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